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Llegada de las Hijas de María Auxiliadora a Honduras

Las Hijas de María Auxiliadora (HMA), como mencioné anteriormente, son una congregación religiosa femenina fundada por San Juan Bosco en 1872 en Italia. El carisma de la congregación está centrado en la educación y formación integral de las jóvenes, especialmente aquellas provenientes de familias humildes y en situaciones de vulnerabilidad. Su pedagogía se basa en el sistema preventivo de Don Bosco, que promueve una educación basada en la razón, la religión y el amor, buscando siempre el bienestar y el desarrollo de la juventud.

A finales del siglo XIX y principios del XX, la obra salesiana comenzó a expandirse por América Latina, en respuesta a las crecientes necesidades educativas y sociales en la región. Honduras, como muchos otros países de Centroamérica, era una nación en la que la educación aún estaba en desarrollo, especialmente para las mujeres, quienes no contaban con muchas oportunidades de acceder a una formación integral. En este contexto, las Hijas de María Auxiliadora llegaron al país para brindar no solo una educación académica, sino también una formación cristiana que respondiera a las necesidades de las jóvenes.

 

La fundación de las Hijas de María Auxiliadora en Honduras

La llegada de las Hijas de María Auxiliadora a Honduras se produjo en 1901, un momento en que el país atravesaba un período de importantes cambios políticos, sociales y económicos. Honduras, en ese entonces, enfrentaba desafíos de infraestructura y de acceso a la educación, especialmente en áreas rurales y entre las mujeres.

La primera fundación de las HMA en Honduras tuvo lugar en la ciudad de Tegucigalpa, la capital del país. En un principio, las hermanas llegaron para establecer un colegio que ofreciera formación a las niñas y jóvenes, con un enfoque no solo académico, sino también moral y espiritual. En ese primer momento, la obra de las Hijas de María Auxiliadora fue muy bien recibida por las autoridades locales y las familias, ya que respondía a una necesidad urgente de ofrecer educación de calidad a las mujeres jóvenes, algo que en ese entonces era una opción limitada.

Las primeras hermanas salesianas que llegaron a Honduras fueron acogidas con entusiasmo por las familias hondureñas, quienes veían en ellas una oportunidad para que sus hijas pudieran tener acceso a una educación integral que les permitiera no solo desarrollarse intelectualmente, sino también crecer en su vida cristiana. Además de la labor educativa, las hermanas comenzaron a establecer otras iniciativas para el bienestar social de las jóvenes y sus familias.

 

Expansión de la obra salesiana en Honduras

A medida que las Hijas de María Auxiliadora comenzaron a ganarse el corazón de la población, su trabajo educativo se expandió rápidamente en Honduras. Durante las primeras décadas del siglo XX, las hermanas no solo se dedicaron a la enseñanza formal en colegios, sino que también abrieron hogares y oratorios para brindar apoyo integral a las jóvenes que más lo necesitaban, especialmente en contextos rurales y en comunidades marginadas.

La pedagogía preventiva de San Juan Bosco fue un pilar fundamental de esta expansión. Las hermanas adoptaron este enfoque educativo, que pone énfasis en el acompañamiento cercano a los jóvenes, guiándolos con amor y comprensión, lo que les permitió establecer relaciones de confianza con las estudiantes y sus familias. Este enfoque se convirtió en un sello distintivo de la obra de las Hijas de María Auxiliadora en Honduras, y permitió que su trabajo fuera reconocido por su calidad y humanidad.

Además, la devoción a María Auxiliadora, la figura central de la congregación, fue otro elemento que unió a la comunidad educativa en Honduras. La devoción a la Virgen María en su advocación de Auxiliadora (la que ayuda) inspiró a las jóvenes y a la comunidad en general a vivir con esperanza y confianza en la protección y guía de la Virgen.

 

Aportaciones y legado

El impacto de las Hijas de María Auxiliadora en la sociedad hondureña fue significativo. La obra educativa de la congregación contribuyó al desarrollo de la educación en el país, especialmente en áreas donde las oportunidades para las mujeres eran limitadas. Las hermanas no solo ofrecieron formación académica, sino que también promovieron el desarrollo integral de las jóvenes, educándolas en valores cristianos, el respeto, la solidaridad y el compromiso con la comunidad.

A través de los años, las Hijas de María Auxiliadora abrieron varios centros educativos en diversas ciudades de Honduras, tanto en la zona urbana como rural. Tegucigalpa y San Pedro Sula se convirtieron en algunos de los centros principales de la labor de la congregación, pero su presencia también se extendió a otras localidades, llevando la educación de calidad a miles de niñas y jóvenes hondureñas.

Uno de los principales legados de las Hijas de María Auxiliadora en Honduras ha sido la formación integral de las mujeres, lo que les permitió no solo acceder a la educación académica, sino también tener herramientas para afrontar los desafíos sociales y personales. La congregación brindó un espacio seguro y formativo donde las jóvenes pudieron desarrollarse en un ambiente cristiano, adquiriendo no solo conocimientos, sino también valores que les permitirían tener un impacto positivo en sus familias y comunidades.

 

La situación actual

En la actualidad, las Hijas de María Auxiliadora siguen activas en Honduras. La congregación continúa ofreciendo una educación integral a las jóvenes, en diversas instituciones educativas, tanto en las grandes ciudades como en comunidades más apartadas. Su presencia sigue siendo una parte fundamental de la educación católica en Honduras, y su enfoque educativo continúa siendo un referente de calidad y compromiso con la formación de las nuevas generaciones.

El Colegio María Auxiliadora en Tegucigalpa y otros centros educativos de la congregación siguen siendo símbolos de la pedagogía salesiana y de la devoción a María Auxiliadora, que inspira a estudiantes y educadores a vivir según los principios de amor, razón y religión.

En resumen, la fundación de las Hijas de María Auxiliadora en Honduras en 1901 marcó el inicio de una obra educativa que ha tenido un impacto profundo y duradero en la vida de muchas generaciones de mujeres hondureñas. Su legado sigue vivo hoy, con un trabajo que no solo busca el desarrollo intelectual de las jóvenes, sino también su crecimiento humano y espiritual, guiadas siempre por el ejemplo de María Auxiliadora y el carisma de San Juan Bosco.