Santos y Beatos
Salesianos

San Juan Bosco
(1815-1888) Fundador del Instituto de los SDB y del Instituto de las FMA Beatificado el 2-6-1929 Canonizado el 1-4-34 Festividad el 31 de enero

San Juan Bosco
Le indicó también que su Maestra sería la Santísima Virgen, quien al instante apareció y le dijo: «Toma tu cayado de pastor y guía a tus ovejas». Cuando la Señora pronunció estas palabras los niños se convirtieron primero, en bestias y luego en ovejas.
El sueño terminó, pero desde aquel momento Juan Bosco comprendió que su vocación era ayudar a los niños pobres; de sacerdote dio alojamiento a los niños abandonados, formó una escuela nocturna y abrió más centros para alojar a los chicos. Se ganó de tal manera el cariño de los jóvenes, que es difícil encontrar en la historia de la humanidad, después de Jesús, un educador que haya sido tan amado como Don Bosco.
Los jóvenes llegaban hasta pelear unos contra otros afirmando cada uno que a él lo amaba el santo más que a los demás.
Por otra parte, Don Bosco había tenido siempre la idea de fundar una Congregación Religiosa; en 1859, Don Bosco y sus veintidós compañeros decidieron organizar la congregación, cuyas reglas serían aprobadas por Pío IX; la aprobación definitiva llegó en 1863. El siguiente paso de Don Bosco fue la fundación de una Congregación Femenina, encargada de hacer por las niñas lo que los Salesianos hacían por los niños; la congregación quedó inaugurada en 1872, con la toma del hábito de veintisiete jóvenes, entre ellas, Santa María Dominga Mazzarello, que fue la Cofundadora, a las que el santo llamó Hijas de María Auxiliadora. Pero sus días llegaban a su fin, los médicos habían declarado que el Santo estaba completamente agotado y que la única solución era el descanso; pero el reposo era desconocido para Don Bosco. A fines de 1887, sus fuerzas empezaron a decaer rápidamente; la muerte sobrevino el 31 de enero de 1888, cuando apenas comenzaba el día. Sus últimas recomendaciones fueron: «Propagad la devoción a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros”. Ayudad mucho a los niños pobres, a los enfermos, a los ancianos y a la gente más necesitada, y conseguiréis enormes bendiciones y ayudas de Dios. “Os espero en el Paraíso»

Santa Mariá Mazzarello
(1837-1881) Cofundadora del Instituto de las FMA Beatificada el 20-11-1938 Canonizada el 12-6-1951 Festividad el 13 de mayo

Santa Mariá Mazzarello
Un encuentro trascendente se produjo en el otoño de 1864, cuando Don Bosco llegó a Mornés de vacaciones con sus muchachos; las Hijas de la Inmaculada se encargaron de los preparativos para recibirlos, María quedó impresionada por la personalidad del sacerdote; “Don Bosco es un Santo yo lo siento”, dijo a sus compañeras. En las Hijas de la Inmaculada de Mornés, Don Bosco encontró el grupo ideal para el Espíritu Salesiano, puesto que ya tenían una inserción vital en la promoción de la mujer. Es así como fundó el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora el 5 de agosto de 1872, este día María Mazzarello con sus compañeras profesaron sus primeros votos. Madre Mazzarello fue hábil formadora y maestra en la vida espiritual, tenía el carisma de la alegría serena, irradiaba gozo y su vida era un ejemplo de entrega hacia las jóvenes quienes seguían sus pasos en el empeño de dedicarse a la educación de la mujer. En Mornés vivían las hermanas con gran alegría se dedicaban a la educación de las jóvenes más pobres y necesitadas.
De esta manera la congregación de las Hijas de María Auxiliadora se fue extendiendo a través del mundo, llevando la buena nueva de Dios a las jóvenes. Cuando Madre Mazzarello muere en Nizza Monferrato el 14 de mayo de 1881, el Instituto sólo tiene 9 años de historia pero ya poseía 26 casas, 166 hermanas, 50 novicias y 22 postulantes.

Santo Domingo Savio
(1842-1857) Beatificado el 20-11-1938 Canonizado el 12-6-1951 Festividad el 13 de mayo

Santo Domingo Savio
Le indicó también que su Maestra sería la Santísima Virgen, quien al instante apareció y le dijo: «Toma tu cayado de pastor y guía a tus ovejas». Cuando la Señora pronunció estas palabras los niños se convirtieron primero, en bestias y luego en ovejas.
El sueño terminó, pero desde aquel momento Juan Bosco comprendió que su vocación era ayudar a los niños pobres; de sacerdote dio alojamiento a los niños abandonados, formó una escuela nocturna y abrió más centros para alojar a los chicos. Se ganó de tal manera el cariño de los jóvenes, que es difícil encontrar en la historia de la humanidad, después de Jesús, un educador que haya sido tan amado como Don Bosco.
Los jóvenes llegaban hasta pelear unos contra otros afirmando cada uno que a él lo amaba el santo más que a los demás.
Por otra parte, Don Bosco había tenido siempre la idea de fundar una Congregación Religiosa; en 1859, Don Bosco y sus veintidós compañeros decidieron organizar la congregación, cuyas reglas serían aprobadas por Pío IX; la aprobación definitiva llegó en 1863. El siguiente paso de Don Bosco fue la fundación de una Congregación Femenina, encargada de hacer por las niñas lo que los Salesianos hacían por los niños; la congregación quedó inaugurada en 1872, con la toma del hábito de veintisiete jóvenes, entre ellas, Santa María Dominga Mazzarello, que fue la Cofundadora, a las que el santo llamó Hijas de María Auxiliadora. Pero sus días llegaban a su fin, los médicos habían declarado que el Santo estaba completamente agotado y que la única solución era el descanso; pero el reposo era desconocido para Don Bosco. A fines de 1887, sus fuerzas empezaron a decaer rápidamente; la muerte sobrevino el 31 de enero de 1888, cuando apenas comenzaba el día. Sus últimas recomendaciones fueron: «Propagad la devoción a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros”. Ayudad mucho a los niños pobres, a los enfermos, a los ancianos y a la gente más necesitada, y conseguiréis enormes bendiciones y ayudas de Dios. “Os espero en el Paraíso»

Beata Laura Vicuña
(1891-1904) Alumna de las FMA Beatificada el 3-8-1988 Festividad el 22 de enero

Beata Laura Vicuña
Pronto destaca por su devoción y sueña con ser religiosa. Cuando escucha de una maestra que a Dios le disgustan mucho los que conviven sin casarse, la niña a su tierna edad comprende y le duele muchísimo cuando Dios es ofendido; ahora conoce la situación en que está su madre. Lejos de resentirse contra ella, decide entregar su vida a Dios por su salvación. En casa, Mora, trata de manchar la virtud de Laura pero ella se resiste, por lo que es echada de la casa, a dormir a la intemperie. Después de esto, Mora no quiere pagarle la escuela y un día, cuando la niña vuelve a casa, Mora le pega a Laura salvajemente. Hay una inundación en la escuela en pleno invierno. Laura pasa muchas horas con los pies en el agua helada, ayudando a salvar a las más pequeñas. Cae enferma de los riñones con grandes dolores. La madre se la lleva a su casa pero no se recupera. Laura le dice a su madre: «mamá, la muerte está cerca, yo misma se la he pedido a Jesús. Le he ofrecido mi vida por ti, para que regreses a Él». Le pide que abandone a Mora y se convierta.
Ella le promete cumplir su deseo. Entra en agonía y dice: «Mamá, desde hace dos años ofrecí mi vida a Dios en sacrificio para obtener de ti que te separes de ese hombre y vivas santamente». Mamá: ¿antes de morir tendré la alegría de que te arrepientas, y le pidas perdón a Dios y empieces a vivir santamente? «¡Ay hija mía! Exclamó doña Mercedes llorando, ¿entonces yo soy la causa de tu enfermedad y de tu muerte? Te lo juro ahora mismo, desde hoy ya nunca volveré a vivir con ese hombre. Dios es testigo de mi promesa. Estoy arrepentida”. Desde aquel momento el rostro de Laura se torna sereno y alegre. Ha cumplido su misión en la tierra. Recibe la unción de los enfermos y el viático. Besa repetidamente el crucifijo. A su amiga que reza junto a ella le dice: ¡Que contenta se siente el alma a la hora de la muerte, cuando se ama a Jesucristo y a María Santísima! Lanza una última mirada a la imagen de la Virgen que está frente a su cama y exclama: «Gracias Jesús, gracias María», y muere dulcemente. Era el 22 de enero de 1904.

Beata Sor Magdalena Morano
(1847 – 1908) Hija de María Auxiliadora Beatificada el 5-11-1994 Festividad el 15 de noviembre

Beata Sor Magdalena Morano
Gravemente perturbada por una afección tumoral, concluye en Catania, el 26 de marzo de 1908, una vida de total coherencia, transcurrida en su intento de “no poner jamás obstáculos a la acción de la gracia, cediendo a su egoísmo personal”. En esa misma ciudad, el Papa Juan Pablo II la proclamó beata el 5 de noviembre de 1994. La celebración de su memoria litúrgica es el 15 de noviembre. Su cuerpo es venerado en la Capilla de las Hijas de María Auxiliadora de Alì Terme (Catania).

Beata Sor Eusebia Palomino
(1899 – 1935) Hija de María Auxiliadora Beatificada el 25-4-2004 Festividad el 9 de febrero

Beata Sor Eusebia Palomino
Pensaba: «Si cumplo con diligencia mis deberes, tendré contenta a la Virgen María y podré un día ser su hija en el Instituto». No se atrevía a pedirlo, por su pobreza y falta de instrucción; pero la superiora visitadora, a la que reveló su anhelo, la acogió con bondad materna y decidió admitirla en nombre de la Madre General. En 1924 se consagró totalmente al Señor con los votos religiosos. Fue destinada a la casa de Valverde del Camino, ahí se desempeñó en la cocina, portería, ropería y asistencia a las niñas del oratorio festivo, pronto las niñas se fueron sintiendo atraídas por las narraciones sobre Dios que Sor Eusebia les contaba. Sor Eusebia era alegre, sencilla, humilde, servicial y muy dispuesta, aprovechaba todos los momentos libres del día para enseñar a las niñas, todas las virtudes cristianas y sobre todo, que la verdadera sabiduría es la paz y unión con Dios.
Cuando, a principios de la década de 1930, se vislumbraba en España la persecución religiosa, Sor Eusebia no dudó en llevar hasta el extremo su «disponibilidad»; se ofreció al Señor como víctima para la salvación de España, para la libertad de la religión y Dios la aceptó como víctima. En agosto de 1932 una enfermedad repentina fue el primer aviso. En este tiempo, algunas visiones de sangre afligen a Sor Eusebia. El 4 de octubre de 1934, mientras algunas hermanas rezaban con ella, palideció y dijo: «Rezad mucho por Cataluña». Era el principio de la sublevación obrera. La visión de sangre también era para su querida directora Sor Carmen Moreno Benítez, que sería fusilada, con otra hermana, el 6 de septiembre de 1936: recientemente ha sido declarada beata, después del reconocimiento del martirio. Murió serenamente en la madrugada del 10 de febrero de 1935. Sus restos mortales fueron visitados durante todo el día por la población de Valverde, que repetía: «Ha muerto una santa». El Papa Juan Pablo II el 25 de Abril de 2004, la declaró Beata.

Beata Sor María Romero
(1902 – 1977) Hija de María Auxiliadora Beatificada el 5-11-1994 Festividad el 15 de noviembre

Beata Sor María Romero
María sueña para sus pobres nuevas soluciones: obtiene visitas médicas gratuitas, al mismo tiempo crea cerca instalaciones para Ia acogida de los pacientes, como también salas para la catequesis y la alfabetización; para las familias sin techo, hace construir con la ayuda de la Providencia casitas, así las ciudadelas de María Auxiliadora. En medio del sucederse de obras para organizar, encuentra espacio y momentos de ardientes elevaciones del espíritu y de una profunda vida mística, que es en realidad la fuente de la fuerza interior de donde su apostolado brota y recibe extraordinaria eficacia. Haciéndose como el Apóstol, «toda para todos» y olvidándose de sí para conquistar cada vez nuevos amigos a su Jesús, se entrega hasta el último de sus días: el primero en el que decidió darse un poco de descanso. La esperaba allí el descanso eterno, con «su Rey» y «su Reina». Era el 7 de julio de 1977. Sor María fue todo un «Don Bosco» pero en femenino. En boca de su pueblo, fue una auténtica Santa y toda Latinoamérica, en especial Nicaragua y Costa Rica, celebró con un gran júbilo el día de su beatificación, que tuvo lugar el 14 de Abril de 2002 por parte del Papa Juan Pablo II.

Beata Carmen Moreno
(1885 – 1936) Hija de María Auxiliadora Beatificada el 11-3-2001

Beata Carmen Moreno
Por ello, durante su enfermedad, fue poniendo por escrito cuanto ésta le confiaba acerca de la obra que Dios iba realizando en su alma, escritos que fueron de notable valor para el proceso de beatificación de sor Eusebia. Asimismo, Sor Carmen Moreno supo dar un testimonio de serenidad y presencia de ánimo envidiable, durante la persecución religiosa que afectó a las Hijas de María Auxiliadora de Valverde del Camino en mayo de 1931. Terminada su misión en Valverde, Sor Carmen Moreno fue destinada de nuevo a Barcelona como Vicaria provincial en el otoño de 1935. Los históricos acontecimientos que tuvieron lugar en España en julio de 1936 coincidieron con la concentración en la Casa-Colegio de Barcelona-Sarriá, de 66 religiosas Hijas de María Auxiliadora (54 profesas y 12 novicias) los militares incautaron la Casa y el Colegio de las Hermanas.
Ante esta situación se empezó a gestionar el permiso de salida de las hermanas para Italia, y como responsable se quedó Sor Carmen Moreno, después de un tiempo recibió los pasaportes que permitían la salida de las religiosas, las cuales embarcaron para Italia, con la excepción Sor Carmen Moreno y de Sor Amparo Carbonell, que se ofrecieron a quedarse, aún conscientes del peligro de muerte que corrían, para cuidar a otra religiosa, que se encontraba internada en una clínica, recientemente operada de cáncer. Los temores y zozobras padecidos a lo largo del mes de agosto, tuvieron su final el 1 de septiembre, fecha en la que apresadas por una patrulla de milicianos de la F.A.I. fueron llevadas en un camión a un comité de barriada, donde fueron interrogadas por un tribunal popular, después de permanecer encerradas tres días en condiciones infrahumanas. Al no negaron su condición de religiosas, fueron condenadas a muerte. Fueron fusiladas la madrugada del día 6 de septiembre de 1936, en el paredón del Hipódromo de Barcelona. La fama de martirio de las dos religiosas comenzó inmediatamente después de su muerte, que sufrieron en aras de su fe y de su gesto heroico de caridad. La Iglesia reconoció la fuerza testimonial de su martirio al proclamarlas beatas el 11 de marzo del 2001.

Beata Amparo Carbonell
(1893 – 1936) Hija de María Auxiliadora Beatificada el 11-3-2001

Beata Amparo Carbonell
El comienzo de la guerra civil en julio de 1936 coincidió con la concentración en dicha Casa de un numeroso grupo de religiosas y novicias salesianas, procedentes de todas las fundaciones que la Congregación tenía en España, para asistir a la tanda anual de Ejercicios Espirituales que prescriben sus Constituciones. Tras el alzamiento militar, la Generalitat incautó el día 21 la Casa y el Colegio de las Hermanas, por lo que las religiosas y novicias que tenían familiares en Barcelona o en sus cercanías se fueron a sus casas, mientras que las restantes aceptaron la hospitalidad de unos señores alemanes, propietarios de una finca colindante con el Colegio. Ante esta situación se empezó a gestionar el permiso de salida de las hermanas para Italia, y como responsable se quedó Sor Carmen Moreno, después de un tiempo recibió los pasaportes que permitían la salida de las religiosas, las cuales embarcaron para Italia, con la excepción Sor Carmen Moreno y de Sor Amparo Carbonell, que se ofrecieron a quedarse, aún conscientes del peligro de muerte que corrían, para cuidar a otra religiosa, que se encontraba internada en una clínica, recientemente operada de cáncer.
Los temores y zozobras padecidos a lo largo del mes de agosto, tuvieron su final el 1 de septiembre, fecha en la que apresadas por una patrulla de milicianos de la F.A.I. fueron llevadas en un camión a un comité de barriada, donde fueron interrogadas por un tribunal popular, después de permanecer encerradas tres días en condiciones infrahumanas. Al no negaron su condición de religiosas, fueron condenadas a muerte. Fueron fusiladas la madrugada del día 6 de septiembre de 1936, en el paredón del Hipódromo de Barcelona. La fama de martirio de las dos religiosas comenzó inmediatamente después de su muerte, que sufrieron en aras de su fe y de su gesto heroico de caridad. La Iglesia reconoció la fuerza testimonial de su martirio al proclamarlas beatas el 11 de marzo del 2001.

Venerable Margarita Occhiena
(1788 – 1856) Madre de Don Bosco Festividad 25 de noviembre

Venerable Margarita Occhiena
Con un cariño especial acompañó a su hijo Juan en su camino hacia el sacerdocio y fue entonces, a sus 58 años, cuando abandonó su casita del Colle y le siguió en su misión entre los muchachos pobres y abandonados de Turín (1848). Aquí, durante diez años, madre e hijo unieron sus vidas con los inicios del Trabajo Salesiano. Ella fue la primera y principal cooperadora de Don Bosco y, con su amabilidad hecha vida, aportó su presencia maternal al Sistema Preventivo. Fue así como, aún sin saberlo, llegó a ser la «cofundadora» de la Familia Salesiana, capaz de formar a tantos santos, como Domingo Savio y el primer sucesor de don Bosco, Miguel Rua. Era analfabeta pero estaba llena de aquella sabiduría que viene de lo alto, ayudando, de este modo, a tantos niños de la calle, hijos de nadie. Para ella Dios era lo primero, así consumió su vida en el servicio de Dios, en la pobreza, la oración y el sacrificio. Murió a los 68 años de edad, en Turín, un 26 de noviembre. Una multitud de muchachos que lloraban por ella como por una madre, acompañó sus restos al cementerio

Venerable Teresa Valsé Pantellini
(1878 – 1907) Hija de María Auxiliadora Venerable: 12 julio 1982

Venerable Teresa Valsé Pantellini
Hizo su profesión religiosa en 1903, después de su experiencia en el Trastevere. Las hermanas la recuerdan en esa época así: Sor Teresa sabía cómo tratar a las jóvenes por lo que era buena en mantener la disciplina. Una vez una niña la escupió en la cara. Ella lo sobrellevó con la admiración de todos los presentes. Teresa era cortés y amable con todos, estaba siempre dispuesta a llevar adelante las tareas más humildes y difíciles. Alegremente y con espíritu de sacrificio, hacía el lavado de la ropa y supervisaba los talleres de las niñas. Ella era como lo hubiera querido Don Bosco: hacía las cosas sencillas extraordinariamente bien. Su camino a la santidad, contrajo la enfermedad de la tuberculosis, en ese momento aceptó amar el sufrimiento como un don que la unía con el crucifijo, ella expresaba: Lo que tú desees Jesús, yo también lo deseo, y por el tiempo que Tú lo desees. La alegría y simplicidad de Mornese, el sacrificio silencioso, su constante unión a Dios y amor por la Madre de Dios, fueron los aspectos sobresalientes de su vida. El 3 de septiembre de 1907 Teresa se encontró con el Jesús que ella había elegido irrevocablemente. Está enterrada en Nizza Monferrato.El proceso regular se inició el 6 de diciembre de 1926. Declarada Venerable el 12 de julio de 1982

Sierva de Dios Laura Meozzi
(1873 – 1951) Hija de María Auxiliadora

Sierva de Dios Laura Meozzi
Ellas convirtieron el lugar en una gran feliz familia. Una de las pequeñas desafortunadas dijo: tuve un serio desorden intestinal y la Madre Laura me cuidó como si yo fuera su propia hija. Ella era como una madre para todos, pero ella tenía especial atención para con los más pobres y aún los retardados. El inspector local del gobierno estaba tan impresionado que dijo que les enviaría unos 200 huérfanos más. El Gobierno y las familias pudientes proveyeron lo que fue necesario y las Hijas de María Auxiliadora aumentaron en cantidad, benditas por el Señor. Abrieron un noviciado y nuevos orfanatos. Primero como superiora local y luego como provincial, entre 1922 y 1940, Sor Laura fundó nueve obras y formó a 110 nuevas hermanas. Durante la Segunda Guerra Mundial, el consulado la invitó a regresar a Italia, pero ella permaneció en Polonia, viviendo en un orfanato en el bosque de Sakiszki, vestida como una campesina. Ella dirigió a las hermanas durante esos años a través de cartas secretas, escritas en el estilo de la Madre Mazzarello.
Al final de la guerra, cuando las nuevas fronteras de Polonia se definieron, las hermanas y 104 niños tuvieron que dejar Vilnius en un tren especial, para ir a la nueva Polonia. A bordo viajaban partidarios y niños no autorizados escondidos con sus familias. Sor Laura corrió el riesgo de ser baleada. Rezó incesantemente y obtuvo la gracia de salvarse de la Madre de Dios. Comenzando nuevamente para dar mayor vigor al trabajo La Madre Laura comenzó todo nuevamente y abrió otras 12 Casas. Reorganizó el noviciado y le dio a todo un nuevo sentido de energía y alegría. La gente recuperó sus sonrisas.Pero para entonces se sentía exhausta. Rodeada por sus hermanas y acompañada por la oración de todos, ella murió el 30 de agosto de 1951 en Pogrzebien

Sierva de Dios María Troncatti
(1883 – 1935) Hija de María Auxiliadora

Sierva de Dios María Troncatti
Parte para el Ecuador en 1992. Es enviada entre los indígenas shuar, donde con otras dos hermanas inicia un difícil trabajo de evangelización en medio de riesgos de toda clase, no excluidos los causados por los animales de la foresta y por las insidias de los vertiginosos ríos que debía atravesar a vado o sobre frágiles «puentes» de lino, o bien sobre las espaldas de los indios. Macas, Sevilla Don Bosco, Sucúa son algunos de los «milagros» todavía florecientes de la acción de Sor María Troncati: enfermera, cirujano y ortopédico, dentista y anestesista… Pero sobre todo catequista y evangelizadora, rica de extraordinarios recursos de fe, paciencia y amor fraterno. Su obra para la promoción de la mujer shuar florece en cientos de familias cristianas, formadas por primera vez por la libre elección personal de los jóvenes esposos. Sor María muere en un trágico accidente aéreo en Sucúa el 25 de agosto de 1969. Sus retos reposan en Macas, en la Provincia de Moron (Ecuador).

San Francisco de Sales
Fue proclamado beato en 1662 y santo en 1665 por Alejandro VII y doctor de la Iglesia en 1877 por Pío IX

San Francisco de Sales
Entonces estudia la doctrina de Calvino para comprenderla en profundidad y para explicar mejor las diferencias con el credo católico de modo que, en lugar de recurrir sólo a la predicación y a la disputa teológica, idea el sistema de publicar, fijar en lugares públicos o dejar puerta a puerta hojas y carteles en los que exponía cada una de las verdades de la fe, de manera sencilla y eficaz. Las conversiones no son muchas, pero cesan las hostilidades y el prejuicio contra el catolicismo. Después Francisco se establece en Thonon, en la capital de Chablais, y aquí se dedica, entre otras cosas, a las visitas a los enfermos, a obras de caridad y a conversaciones personales con los fieles. Posteriormente pide ser trasladado a Ginebra, ciudad símbolo de la doctrina calvinista, con el deseo de recuperar a la mayor cantidad posible de creyentes para la Iglesia católica.

San Calixto Caravario
Beatificado el 15-5-83, Canonizzado el 1-10-2000 Celebración litúrgica el 25 de febrero

San Calixto Caravario
En 1922 conoció a monseñor Versiglia, de paso por Turín, a quien dijo: «Le seguiré a China». En octubre de 1924, en efecto, a la edad de 21 años, el clérigo Caravario partió de misionero a China. Duran- te tres años estuvo en Shangai (1924-1927) y dos en la isla de Timor (1927-1929) como asistente y catequista de los muchachos huérfanos o abandonados. Mientras tanto estudiaba teología. En el cuatrienio de estudios teológicos (1825-1829) el ideal del sacerdocio llenó toda su alma. Las 82 cartas, escritas en este período a su madre, rebosan de este anhelo: ser sacerdote, sacerdote santo para conducir almas a Dios; en ella puede descubrirse todo su amor a Dios, por el que estaba dispuesto a cualquier cosa, incluso al sacrificio supremo de la vida: «¡Ahora tu Calixto, ya no es tuyo, debe ser totalmente del Señor, completamente dedicado a su servicio! […] ¿Será breve o largo mi sacerdocio? No lo sé. Lo que importa es que yo haga el bien y que al presentarme ante el Señor, pueda decir que he hecho fruc- tificar, con su ayuda, las gracias que él me ha concedido». En el período de Timor, a la sed de santidad añade el deseo ardiente de sacrificar la vida por la salvación de las almas y el presentimiento del martirio.
Se presentará al Señor con sus frutos ya al año siguiente, con 8 meses de sacerdocio. El 18 de mayo de 1929 Calixto fue consagrado sacerdote en Shiu- Chow (Cantón) por monseñor Luis Versiglia. Inmediatamente fue destinado a la estación misionera de Lin-Chow, donde suscitó la admiración de los hermanos Salesianos y de los fieles cristianos por sus virtudes sacerdotales y su celo apostólico. A los siete meses de trabajo misionero en Lin-Chow (julio de 1929-enero de 1939), don Caravario bajó a Shiu-Chow, centro del vicariato, para acompañar a monseñor Versiglia, que debía ir en visita pastoral a Lin-Chow. El obispo Luis Versiglia y don Calixto Caravario salieron en tren el 24 de febrero junto con dos alumnos del Instituto Don Bosco, que vol- vían a su casa a pasar las vacaciones, dos hermanas suyas y una catequista profesora. La situación política y social era turbulenta por las continuas guerrillas que asolaban los territorios del Sur de China: hacía un tiempo que el obispo esperaba tiempos mejores para hacer la visita pastoral a los cristianos de Lin-Chow, pero al final, partió igualmente porque «si esperamos a que los caminos sean seguros no partiremos nunca… No, no. ¡Ay si nos dejamos dominar por el mie- do! ¡Que sea lo que Dios quiera!». El día 25 prosiguen el viaje en barca por el río Pak-kong. Una breve parada en Ling-Kong How. A mediodía navegan nuevamente por el río, en dirección a Li Thau Tzeui. Estaban rezando el Ángelus cuando de improviso en la orilla se oye un grito salvaje. Una decena de hombres, apuntando con los fusiles, intiman a la barca que atraque en la orilla. El barquero se ve obligado a obedecer. «¿Con que protección viajáis?», les preguntan; el barquero: «Con la de nadie, nadie ha exigido nunca impuesto a los misioneros». Dos hombres suben a la barca y descubren, bajo la sombrilla de protec- ción, a las tres mujeres, que pretenden llevarse, pero monseñor Luis y don Calixto las defienden, haciendo de barrera. Los criminales, gritando, descargan con violencia la culata de sus fusiles sobre sus cuerpos, que caen por tierra. El obispo tiene aún fuerza para exhor- tar a María Thong: «Aumenta tu fe», mientras don Calixto murmura: «¡Jesús… María!». Los misioneros son atados y arrastrados a un bos- que. Un bandido dice: «Hay que destruir a la Iglesia católica». Mon- señor Luigi y don Calixto, comprenden que ha llegado el momento de testimoniar con la vida la fe en Cristo. Se mantienen serenos. Se ponen a rezar en alta voz, de rodillas y mirando al cielo. Cinco dis- paros de fusil interrumpen su alabanza estática. Las mujeres, lloran- do, tienen que seguir a sus agresores, mientras los muchachos fueron obligados a marcharse sin mirar hacia atrás. Los despojos de los mártires fueron recogidos y sepultados en Shiu-Chow, después pro- fanados y dispersos. El papa Pablo VI en 1976 declaró mártires a monseñor Versiglia y a don Calixto Caravario. Juan Pablo II, el 15 de mayo de 1983, los beatificó, y el 1 de octubre de 2000 los proclamó santos, junto a otros 120 mártires chinos.

Beato Miguel Rua
Nacido en Turín el 9 de junio de 1837, el menor de nueve hijos, Miguel ingresó al Oratorio en 1852. Un día Don Bosco le dijo “Iremos por mitades en todo”.

Beato Miguel Rua
El Padre Rua era visto como la “regla viva” debido a su austera fidelidad; sin embargo, también demostró un espíritu paterno que era capaz de gran consideración, tanto que era conocido como el “rey de la bondad”. Crecimiento extraordinario Con el crecimiento de la cantidad de cofrades y del desarrollo de las obras, envió salesianos a todas partes del mundo, prestando especial atención a las expediciones misioneras. En sus largos viajes por Europa y Medio Oriente, él consoló y animó, siempre mirando hacia el Fundador: “Don Bosco dijo… Don Bosco hizo… Don Bosco quería…”. Cuando murió, el 6 de abril de 1910 a la edad de 73 años, la Congregación había crecido de 773 Salesianos a 4.000, de 57 casas a 345, de 6 provincias a 34 en 33 países.

San Leonardo Murialdo
Beatificado en 1963 Canonizado en 1970 Celebración litúrgica el 18 de mayo

San Leonardo Murialdo
A los 17 años maduró la decisión de hacerse sacerdote como respuesta al amor de Dios que lo había atrapado con su amor. Vuelto a Dios, después de la desbandada juvenil, Murialdo experimentó, de modo fuerte y vital, el amor misericordioso y acogedor del Padre, que se convirtió en el alma de su acción apostólica y social, sobre todo en favor de los jóvenes y de los obreros. Nace en Turín el 26 de octubre de 1828. El padre, rico agente de bolsa, muere en 1833. La madre, mujer muy religiosa, envía a su pequeño «Nardo» al colegio de Savona de los Padres Escolapios, donde permanece de 1836 a 1843. Vuelto a Turín, frecuenta los cursos de teología en la Universidad y en 1851 se ordena sacerdote. Su espiritualidad, basada en la palabra de Dios y en la sólida doctri- na de autores seguros, como san Alfonso y san Francisco de Sales, estuvo animada por la certeza del amor misericordioso de Dios. El cumplimiento de la voluntad de Dios en la realidad cotidiana, la intensa vida de oración, el espíritu de mortificación y un ardiente amor eucarístico caracterizaron su camino de fe. En colaboración con Don Bosco decide inmediatamente comprometerse en los pri- meros oratorios turineses, entre los muchachos pobres y abandona- dos de la periferia: primero en el Oratorio del Ángel Custodio, hasta el año 1857, y después en el de San Luis, como director, de 1857 a 1865. Pasa un año de perfeccionamiento en París, hasta que la Pro- videncia lo llama en 1886, a hacerse cargo de los jóvenes más pobres y más abandonados, los del colegio de los Artesanitos de Turín.
Desde entonces toda su vida estará dedicada a la acogida, a la edu- cación cristiana y a la formación profesional de estos muchachos, en una época marcada por fuertes contrastes sociales creados por la naciente industrialización y debidos a los sufrimientos de las clases sociales más pobres. En medio de graves dificultades económicas, será esta su principal actividad hasta su Leonardo Murialdo se hizo amigo, hermano, padre de los jóvenes pobres, sabiendo que cada uno de ellos guarda un secreto que des- cubrir: la belleza del Creador reflejada en el alma. Los veía frágiles, abandonados a sí mismos o asociados a adultos sin escrúpulos, obligados a vivir ociosos, ignorantes, esclavos de las pasiones que irían creciendo cada vez más si no eran combatidas, ricos solamen- te en «ignorancia, en incultura y en vicios». Acogía a todos aquellos que la Providencia le enviaba, fiel al lema que había adoptado: «Pobres y abandonados: estos son los requisitos esenciales para que un joven sea uno de los nuestros; y cuanto más pobre y abandona- do, tanto más de los nuestros».

San José Cafasso
Beatificado en 1925 Canonizado en 1947 Celebración litúrgica el 23 de junio

San José Cafasso
No fundó, como los otros santos sacer- dotes del siglo xix piamontés, institutos religiosos, porque su «fun- dación» fue «la escuela de vida y de santidad sacerdotal» que realizó con el ejemplo y la enseñanza en la «Residencia Eclesiástica de San Francisco de Asís» en Turín. José Cafasso nació en Castelnuovo d’Asti, el mismo pueblo de san Juan Bosco, el 15 de enero de 1811. Fue el tercero de cuatro hijos. La última, la hermana Mariana, será la madre del beato José Allamano, fundador de los Misioneros y Misioneras de la Consolata. Nació en el Piamonte del siglo xix caracterizado por graves pro- blemas sociales, pero también por muchos santos que se dedicaron a remediarlos. Ellos estaban unidos entre sí por un amor total a Cristo y por una profunda caridad hacia los más pobres: ¡la gracia del Señor sabe difundir y multiplicar las semillas de santidad! Don Cafasso realizó sus estudios secundarios y el bienio filosófico en el colegio de Chieri y, en 1830, pasó al seminario teológico, donde en 1833 fue ordenado sacerdote.
Cuatro meses más tarde ingresó en el lugar que para él será la fundamental y única «etapa» de su vida sa- cerdotal: la «Residencia Eclesiástica de San Francisco de Asís» de Turín. Habiendo entrado para perfeccionarse en la pastoral, hizo fructificar aquí las propias dotes de director espiritual y un gran es- píritu de caridad. La Residencia, en efecto, no era solo una escuela de teología moral donde los jóvenes sacerdotes, provenientes sobre todo del sector rural, aprendían a confesar y a predicar, sino que era también una verdadera y propia escuela de vida sacerdotal, donde los presbíteros se formaban en la espiritualidad de san Ignacio de Loyola y en la teología moral y pastoral del gran obispo san Alfonso María de Ligorio. El tipo de sacerdote que don Cafasso encontró en la residencia y que él mismo contribuyó a consolidar —sobre todo como rector—, era el de un verdadero pastor, con una rica vida in- terior y un profundo celo en la cura pastoral, fiel a la oración, com- prometido en la predicación y en la catequesis, entregado a la celebración de la Eucaristía y al ministerio de la confesión, según el modelo encarnado por san Carlos Borromeo, por san Francisco de Sales y promovido por el Concilio de Trento. Una feliz expresión de san Juan Bosco sintetiza el sentido del trabajo educativo en aque- lla Comunidad: «En la residencia se aprendía a ser sacerdote». San José Cafasso trató de poner en práctica este modelo en la formación de los jóvenes sacerdotes, para que, a su vez, fuesen for- madores de otros sacerdotes, religiosos y laicos, según una especial y eficaz cadena. Desde su cátedra de teología moral educaba para ser buenos confesores y directores espirituales. Preocupados por el verdadero bien espiritual de la persona, animados por un gran equilibrio en hacer experimentar la misericordia de Dios, y al mismo tiempo un agudo y vivo sentido del pecado. Tres eran las virtudes principales de don Cafasso, como recuerda san Juan Bosco: calma, perspicacia y prudencia. Para él la verificación de la enseñanza transmitida estaba constituida por el ministerio de la confesión, al que él mismo dedi- caba muchas horas de la jornada. A él acudían obispos, sacerdotes, religiosos, laicos eminentes y gente sencilla: sabía ofrecer a todos ellos el tiempo necesario. Fue, además, sabio consejero espiritual de muchos que fueron santos y fundadores de institutos religiosos. Su enseñanza no era abstracta, basada solamente en los libros que se utilizaban en aquel tiempo, sino que nacía de la experiencia viva de la misericordia de Dios y del profundo conocimiento del alma hu- mana adquirido en las largas horas de confesionario y en la dirección espiritual: la suya era una verdadera escuela de vida sacerdotal.

San Luis Orione
Beatificado en 1980 Canonizado en 2004 Celebración litúrgica el 16 de mayo

San Luis Orione
Trabajó por la solidaridad con el prójimo en la Sociedad de Mutuo Socorro San Marciano y en la Conferencia de San Vicente. A los veinte años es- cribió: ¡Hay una necesidad suprema y un supremo remedio para curar las llagas de esta pobre patria, tan bella y tan desgraciada! Adueñarse del corazón y del cariño del pueblo e instruir a la juven- tud: infundir en todos la gran idea de la redención católica con el Papa y por el Papa. ¡Almas! ¡Almas!». Movido por esta visión apostó- lica, abrió en Tortona, el 3 de julio de 1892, el primer Oratorio para la educación cristiana de los muchachos. Al año siguiente, el 15 de octubre de 1893, abrió un colegio en el barrio de San Bernardino, para muchachos pobres. El 13 de abril de 1895 fue ordenado sacer- dote y, en la misma celebración, el obispo impuso la sotana a seis alumnos de su colegio. Luis Orione, clérigo de 21 años, fue desarro- llando cada vez más, el apostolado entre los jóvenes, abriendo nue- vas casas en Mornico Losana (Pavía), en Noto (Sicilia) en San Remo, en Roma. Al joven clérigo fundador se fueron añadiendo clérigos y sacer- dotes que formaron el primer núcleo de la Pequeña Obra de la Di- vina Providencia. En 1899, inició la rama de los Eremitas de la Divi- na Providencia, inspirados en el lema benedictino «ora et labora», sobre todo en las colonias agrícolas que, en aquella época, respon- dían a la elevación social y cristiana del mundo rural. El obispo de Tortona, monseñor Igino Bandi, con decreto del 21 de marzo de 1903 reconoció canónicamente la Congregación religiosa masculina de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, los Hijos de la Divina Pro- videncia (sacerdotes, hermanos coadjutores y eremitas), y sancionó su carisma expresándolo apostólicamente en «colaborar para llevar a los pequeños, a los pobres y al pueblo, a la Iglesia y al Papa me- diante las obras de caridad», profesando con un cuarto voto de es- pecial «fidelidad al Papa». Confortado con el consejo personal

San Luis Guanella
Beatificado el 25 octubre 1964 Canonizado el 23 octubre 2011 Celebración litúrgica el 24 de octubre

San Luis Guanella
El padre, Lorenzo, alcalde de Campodolcino durante 24 años, primero bajo la dominación austríaca y, más tarde, después de la unificación de Italia (1859), era severo y autoritario, al contrario que la madre, que era dulce y paciente; de los 13 hijos, casi todos llega- ron a la edad adulta. A los doce años, Luis consiguió un puesto gratuito en el colegio Gallio de Como y prosiguió después sus estu- dios en los seminarios diocesanos (1854-1866). Su formación cultural y espiritual fue la común entonces en los seminarios Lombardo- Vénetos, durante largo período bajo control de los gobernantes aus- tríacos. El curso teológico era pobre en contenido cultural, pero atento a los aspectos pastorales y prácticos: teología moral, ritos, predicación, además de la formación personal de piedad, santidad y fidelidad. La vida cristiana y sacerdotal se alimentaba de la devo- ción común en el pueblo cristiano. Esta programación concreta situó al joven seminarista muy cercano al pueblo y en contacto con la vida que el pueblo llevaba.
Cuando volvía al pueblo en las vacacio- nes otoñales, se sumergía en la pobreza de los valles alpinos; se interesaba por los niños, los ancianos y los enfermos del pueblo, socorriéndoles en sus necesidades. En los tiempos libres se apasio- naba por la cuestión social, recogía y estudiaba hierbas medicinales, se enfervorizaba leyendo la historia de la Iglesia. En el seminario teológico mantuvo familiaridad con el obispo de Foggia, Bernardino Frascolla, recluido en la cárcel de Como y pos- teriormente en arresto domiciliario en el seminario (1864-1866), y se dio cuenta de la hostilidad que dominaba en la relaciones del Estado unitario con la Iglesia. Este obispo ordenó a don Guanella sacerdo- te el 26 de mayo de 1866. Don Guanella, en aquella ocasión dijo: «Quiero ser una espada de fuego en el santo ministerio». El novel sacerdote inició con entusiasmo la vida pastoral en Valchiavenna (en Prosto en 1886 y en Savogno en los años 1867-1875). Desde los comienzos en Savogno manifestó los propios intereses pastorales: la instrucción de los muchachos y de los adultos, la elevación religiosa, moral y social de los parroquianos, la defensa del pueblo de los asaltos del liberalismo y la atención privilegiada a los más pobres. Tampoco desdeñaba las intervenciones beligerantes, cuando era injustamente frenado o contradicho por las autoridades civiles en su ministerio, de modo que pronto fue señalado como sujeto peligroso (ley de los sospechosos), especialmente después de la publicación de un librito suyo polémico. Mientras tanto, en Savogno profundi- zaba en el conocimiento de Don Bosco y de la obra del Cottolengo, llegando a invitar a Don Bosco a abrir un colegio en el valle. Deseoso de una experiencia religiosa más radical, en 1875 fue con Don Bosco a Turín, emitiendo la profesión temporal en la Con- gregación Salesiana.

Rosetta Marchese
Sierva de Dios Sr Rosetta Marchese (1922-1984), Supplex libellus: 1-7-2019 Nulla Osta: 16-12-2020

Rosetta Marchese
De 1947 a 1958 fue maestra y Vicaria en la casa misionera “Madre Mazzarello” de Turín, donde siguió en particular a las jóvenes religiosas que se preparaban para partir hacia las misiones. De 1958 a 1974 realizó tareas de animación y gobierno en Sicilia, Roma y Lombardía. Era muy atenta a las necesidades de la Iglesia local y a los signos de los tiempos. El Capítulo General XVI de 1975 la eligió Consejera Visitadora. El Capítulo General XVII, en la primera votación del 24 de octubre de 1981, la eligió Superiora General. Solo ocho meses después de su elección, llegaron los primeros signos de leucemia. En la circular del 24 de octubre de 1982, primer aniversario de su elección, Madre Rosetta concluye su escrito deseando que todas sus hijas se dejen contagiar por Don Bosco “con una aguda nostalgia del hermoso paraíso”. “El objetivo es único: llegar al Paraíso con todos los jóvenes por los que hemos dado y hemos consumido nuestra existencia”. El 8 de marzo de 1984, en Roma, la Madre Rosetta completó su viaje terrenal.

San Luis Versiglia
Beatificado el 15-5-83 Canonizado el 1-10-2000 Celebración litúrgica el 25 de febrero

San Luis Versiglia
Tú me entregas el cáliz visto por el Padre: a mí me toca llenarlo de sangre para que se cumpla la visión». Luis Versiglia nació en Oliva Gesi, provincia de Pavía, el 5 de junio de 1873. En 1885, a los doce años, aceptó ir a estudiar al Ora- torio Salesiano de Valdocco, en Turín, con la condición de no ha- cerse sacerdote. Pero la gracia de Dios, el ambiente empapado de religiosidad, el ardor misionero y la fascinación del propio Don Bosco, ya en los últimos años de su vida, transformaron el ánimo del muchacho al que, en fugaz encuentro en 1887, el santo le dijo: «Ven a verme, tengo algo que decirte»; pero Don Bosco ya no pudo hablar con él porque enfermó y murió. No obstante el joven quedó tan prendado de la figura de Don Bosco que, para responder a la llama- da vocacional, al final de sus estudios en Valdocco pidió «quedarse con Don Bosco», guardando celosamente en su corazón la secreta esperanza de poder ser un día misionero. A los 16 años emitió los votos en la Congregación Salesiana.
Fue novicio modelo en Foglizzo, Turín, e hizo la profesión reli- giosa el 11 de octubre de 1889. Durante sus estudios de filosofía en el estudiantado de Valsalice, en Turín (1889-1890), escribió al direc- tor espiritual que su deseo de ser misionero aumentaba cada día, pero que temía fuera un deseo vano, porque no poseía las cualida- des necesarias, y especificaba aquello que tendría que haber conse- guido. Inicia desde entonces el camino ascético, que en cuarenta años lo llevará a las metas más altas de las virtudes cristianas y al ápice de la caridad. Fue la conquista ardua de un corazón generoso y de una voluntad de hierro, sostenida por una sincera piedad y una profunda humildad. Son las dotes características de su personalidad.